“Las gallinas no traman nada, no planean y no están organizadas”, decía la Señora Tweedy pero lo que ella no sabía es que no hay nada más peligroso que unas gallinas con un plan para escapar. Y así le fue, que montaron un buen pollo en la granja. Sin duda Chicken Run es una gran obra maestra de animación stop-motion que funciona como una parodia del largometraje La Gran Evasión, de la que hasta toma parte de la banda sonora cuando las gallinas están construyendo el avión.
La historia de Chicken Run surgió de la mente de los directores Peter Lord y Nick Park, y se coronó como el primer largometraje del estudio británico Aardman Animations, que hasta entonces no había dado el salto a la gran pantalla. Se dedicaba a producir cortometrajes y series de televisión como: Adam, la oveja Shaun o Wallace y Gromit. Así que os podéis imaginar el despliegue de personal y de medios que supuso la producción de Chicken Run. Pero ¿os llegáis a hacer una idea del enorme trabajo que hay detrás de cada una de las más de 110 mil escenas que componen la película? Ya os lo cuento yo…
Con Chicken Run: Evasión en la granja Peter Lord y Nick Park nos trasladan hasta la Inglaterra de 1959, concretamente a la granja de gallinas del matrimonio Tweedy, que parece más un campo de concentración de la Segunda Guerra Mundial que una granja. De entre todas las gallinas que “viven” allí destaca por encima del resto la osada y valiente Ginger, que está dispuesta a hacer todo lo que haga falta con el fin de sacar de allí a todas sus compañeras. Pero plan de huida fallido tras plan de huida fallido, parece que las fuerzas de Ginger quieren empezar a flaquear, y es entonces cuando llega volando a la granja de los Tweedy el gallo Rocky como respuesta a sus plegarias.
Creando Chicken Run: Evasión en la granja
El rodaje de Chicken Run duró tres años y en él participó un equipo de producción de más de 100 personas, entre los que se encontraban 40 expertos en animación y artistas que se encargaban de dibujar los storyboards, construir los 30 decorados y diseñar y fabricar a los personajes. Para dar vida a nuestras gallinas guerreras necesitaron más de 1810 kilos de plastilina, que se dice pronto, además hicieron diferentes copias de cada una de ellas y en tamaños más pequeños. Estas últimas versiones se utilizaban cuando las gallinas y los Tweedy estaban en la misma escena. En resumidas cuentas, se fabricaron más de 500 gallinas para el rodaje de Chicken Run.
Bajo el plumaje y la piel cada muñeco está compuesto de dos partes: la primera es el armazón de metal y la otra es la piel que lo cubre. El armazón o esqueleto hace posible que el muñeco se pueda mover y que se quede en una posición determinada. En cuanto al recubrimiento de los muñecos hay que decir que no sólo utilizaban plastilina, también recurrieron a materiales como la espuma, el latex o la silicona. Cabe destacar que es característico de Aardman que los personajes de sus producciones tengan los ojos juntos, la boca grande con forma de plátano y la sobremordida. En sí diseños muy simples pero que dan lugar a personajes muy expresivos y entrañables.
Para crear la gama cromática característica de cada personaje de Chicken Run, el equipo de diseño utilizó 57 colores diferentes de plastilina que también mezclaron entre sí. De esta forma lo que hacían era crear “recetas de mezclas” – así era como las definían ellos – de las cuales guardaban muestras con los nombres: picos, alas, etc de cada personaje.
Los pequeños detalles
Y si dotar de vida a las gallinas de Chicken Run no era tarea fácil, también había que crear un mundo que ellas y los Tweedy pudieran habitar, algo que tampoco fue fácil ya que había que cuidar hasta el más mínimo detalle. Todo lo que vemos está fabricado a mano: los cielos (pitados a mano), el recinto de la granja, los barracones de las gallinas, el granero, el avión, etc. Algunos de los escenarios los crearon a diferentes escalas, como el recinto en el que están las gallinas, algo que es muy útil para hacer un plano general o un plano de conjunto.
Crearon elementos y accesorios de pequeño tamaño pero que no les faltaba ni el más mínimo detalle como: las tijeras de Bubs, su bolso, la cuchara con la que cavan un agujero en el suelo, muñecos con los que juegan las gallinas, etc. Estos accesorios eran ligeros para que se montaran sin ningún problema en la marioneta, además algunos de ellos se fabricaron en dos escalas como la carpeta de la señora Tweedy, sí, aquella con la que pasa lista para controlar la producción de huevos. Uno se fabricó pequeño para la marioneta y el otro a tamaño real para los planos detalle o planos por menor.
Primero fue la voz, después las gallinas
Estaremos todos de acuerdo en que producir y rodar una película de animación stop-motion no es nada sencillo, de hecho llega a ser más complicado que el rodaje de un largometraje de animación “al uso”. Para que os hagáis una idea en Chicken Run primero se grabaron las voces de los actores, y a raíz de tener ya los diálogos fue cuando se empezó con el rodaje. Y es que las voces son uno de los elementos más importantes de la película, ya que todo se hace en torno a ellas, la entonación, las pausas…
Por tanto los actores comenzaron a grabar las voces sin nada de material, ni una imagen que les sirviese de guía. Ellos mismos debían imaginarse la escena y cómo transcurriría la acción, que en muchas ocasiones se la explicaban tanto Peter Lord como Nick Park. De esta forma les facilitaban a los actores que se metieran en el papel y recreasen en su mente la acción. Tuvieron que ensayar y grabarse en video para practicar y hacerse una idea de cómo podía quedar una escena. Además los actores siempre ensayaban con el director e interpretaban los papeles ellos mismos.
Una vez grabados los diálogos tuvieron que dividir cada palabra en sílabas y crearon diferentes bocas de plastilina para cada personaje. Se trata de diferentes expresiones faciales que se guardan en cajas de recambios de caras y se utilizan según la sílaba y la escena con el fin de representar los sonidos de los actores acorde a su interpretación. Además la ventaja de trabajar con plastilina es que es muy moldeable, por lo que los diálogos quedan bien representados por los movimientos de la plastilina.
Dando vida a las gallinas
A lo largo de toda la película y en la mayoría de las escenas vemos a varios personajes interactuando al mismo tiempo. Y cada uno tiene un cuerpo, un cuello, cabeza, brazos con dedos y patas. También tienen una cara expresiva donde se mueven el pico, la nariz, la boca, los ojos, etc. Todos estos elementos que son los que dotan de vida a la marioneta los tiene que mover un animador, siendo especialmente cuidadoso con los elementos faciales móviles, porque lo más característico de esta película y de todas las de Aardman son las expresiones faciales de los personajes: las cejas que suben, los ojos que parecen que realmente ven…
El equipo de producción y animación estuvo ensayando entre cinco y seis meses para conseguir que los personajes funcionasen, acostumbrarse a ellos, para que en el momento en el que hubiese que rodar con los títeres fuesen capaces de convencer al público de que los muñecos de plastilina que están viendo en pantalla tienen sentimientos de verdad. Los animadores trabajaron en diferentes sets de rodaje, consiguiendo rodar de media cada uno de ellos dos segundos y medio de metraje cada día.
Para aquellos que no lo sepáis, un segundo de rodaje equivale a 24 fotogramas, lo que viene a ser que para crear un segundo de metraje hay que fotografiar 24 veces al personaje. Y en cada una de esas fotos se aprecia un ligero movimiento que dará lugar a la acción completa del títere. Pero claro, hay que hacerse una idea del tiempo que lleva rodar una escena mediante stop-motion, porque en un día no la terminas puede durar semanas o incluso meses, por tanto hay que llevar un control de cuáles son o han sido los movimientos de cámara y sobre todo que la iluminación sea la correcta.
Por su parte los movimientos de cámara se pueden controlar mediante el ordenador, lo que facilita el trabajo de los animadores, que pueden preparar la escena de forma más sencilla ya que saben el punto exacto en el que se encontraba la cámara. Pero con la iluminación no funciona de la misma forma, así que tienen que iluminar la escena tal y como estaba en el último fotograma que rodaron. Para evitar correr riesgos llevan a cabo mucho trabajo con anotaciones detalladas: la dirección del sol, la hora del día por el tema de las sombras, etc. En un rodaje de stop-motion no se pueden cometer errores, porque arreglaros es casi misión imposible ya que puedes estar destrozando una semana de rodaje como poco.
Saber todo el trabajo que hay detrás del rodaje de Chicken Run, así como de cualquier largometraje de animación realizada mediante la técnica stop-motion, creo que hace que disfrutemos aún más de la película. No obstante, os recomiendo leer el post “Stop-motion, la técnica más difícil para rodar películas de animación” para que tengáis más información.
Nos leemos en el próximo post cinemaníacos.
2 Comentarios. Dejar nuevo
Dudo que la ambientación fuera en 1968. En cierta escena, Melissa Tweedy lleva la contabilidad de la granja, y calcula en euros. Y dicha moneda entró en vigor en 2002. Saludos.
Buenas, me alegro de que hayas leído el post. Cierto que la fecha está mal, porque está ambientada en 1959 (tal y como pone en la sinopsis oficial del DVD y acabo de ver) y que modificaré ahora. En cuanto a que lleve la contabilidad en euros, en la versión original del film Melissa Tweedy habla en peniques y chelines. Cuando Chicken Run se estrenó en España estabamos con el proceso de cambiar pesetas por euros, por lo que esto es un tema de traducción y por supuesto es un anacronismo.
Muchas gracias por tu comentario,
saludos.