Peliculeros

Pesadilla antes de Navidad, 25 aniversario de un cuento gótico

Niños, niñas y los demás, si venís os voy a enseñar algo extraño que hay aquí, la ciudad de Halloween. Esto es Halloween, esto es Halloween.” Nada más y nada menos que 25 años lleva acompañándonos esta canción todos los Halloween desde 1993, gracias Danny Efman. Sí, estamos de aniversario señores y señoras, de todo un clásico de Disney y del cine en general. Engendrado por, en mi opinión, la maravillosa mente de Tim Burton y dirigida por el peculiar Henry Selick.

Cuando Burton ideó la historia y, transcurridos varios años, Disney le propuso llevar a cabo su producción, se embarcaron en un proyecto más que arriesgado. Ya no sólo por todo el titánico trabajo que se esconde detrás, del que más abajo hablaremos, sino por lo novedoso que resultaba ser, ya que a veces lo nuevo nos da miedo.

Sinopsis de Pesadilla antes de Navidad

Tim Burton había creado a un ser, Jack Skellington, que cuando descubre por primera vez la Navidad cae rendido a ella. No la odia como sucede en el caso del Grinch, sino que le gusta tanto que decide crear una para él mismo. Además el descubrimiento de Ciudad de la Navidad llega en un momento crucial para Jack, ya que la preparación de la Fiesta de Halloween había dejado de causarle la pasión de antes, se siente vacío.

Tanta luz, felicidad e ilusión le deja pasmado, y le da un enorme chute de energía, tan grande que decide enseñarles a los habitantes de Ciudad de Halloween lo que ha descubierto. Así que claro, imaginaros lo que viene siendo una Navidad tétrica, pero a la par graciosa. Lo que pasa es que Jack decide ir más allá, hasta el punto de “usurpar” el puesto de Santa Claus, y será entonces cuando la muñeca de trapo Sally tenga que poner la cordura que han perdido todos.

Sin duda lo que nos propone es algo nuevo, porque hasta la fecha de su estreno no había existido un ser que en vez de querer destruir la Navidad quisiese hacer la suya propia. Con el tema estético pasa exactamente lo mismo, el estilo y los diseños de los personajes son únicos y, claro está, llevan el sello Tim Burton. No obstante es comprensible que esto no le agrade a todo el mundo, pues recuerdo que cuando era pequeña e iba con mi madre al videoclub, yo no quería alquilar otra película que no fuese esa y ella no me dejaba alegando que “¡Esos muñecos son muy feos!”.

Pesadilla antes de Navidad

La estética de los diferentes escenarios

En fin, a mi siempre me había gustado la historia, y precisamente por la peculiaridad del estilo, tan gótico, pero a la vez tenía algo especial. Pero si hay algo que me gusta de verdad, y aquí ya empiezo a hablar a nivel más técnico, nos presentan tres realidades, tres “mundos” que entre sí son muy diferentes.

Por su parte Ciudad de Halloween es muy oscura, en ella predominan los colores: negro, naranja y blanco. Está compuesta principalmente por siluetas y formas retorcidas, tratando de recrear el escenario de una película en blanco y negro. En Ciudad de la Navidad vemos que sucede todo lo contrario: es luminosa, de colores vivos, con movimientos rápidos de cámara para tratar de expresar la alegría en todo momento. En cuanto al mundo real, es más simple que un sidral, son ángulos isométricos muy regulares. Todas las casas son variaciones del mismo tema y los colores son más pastel.

La película se rodó en 19 escenarios, con 230 decorados y cientos de títeres. Para conseguir este resultado se necesitó a un equipo de más de 100 artistas y técnicos, que se sumergieron a lo largo de tres años en un duro trabajo de rodaje fotograma a fotograma. Burton y Selick reunieron a 13 de los mejores animadores junto a más de 100 operadores de cámara especializados: creadores de títeres, diseñadores de decorados y accesorios.

Dando vida a los títeres de Pesadilla antes de Navidad

Los encargados de dar vida a los títeres son los componentes del departamento de escultura, unas 3 – 4 personas. Toman como punto de partida los bocetos elaborados por el departamento de arte, para después esculpirlos en arcilla con base de aceite. Este material resulta ser el más apropiado por su versatilidad, ya que además se puede alisar con alcohol.

Cada uno de los títeres tiene un armazón dentro compuesto de una bola y una cavidad que permite mover al títere. Para montar este esqueleto tomaban como referencia una escultura o boceto del personaje de la vista frontal y de perfil. Todas las partes complicadas y las piezas de los armazones se insertaban a mano, de esta forma se aseguraban de que encajaran perfectamente en cada títere. Así cada pequeño movimiento que se realizase con el muñeco parecería fluido al posar 24 veces por segundo de película filmada.

Este armazón es recubierto por un material de espuma de latex, después se cuece todo en el horno, se saca del molde en el que se ha metido a cocer y se lleva a fabricación. A partir de ahí los títeres pertenecen al departamento de fabricación de títeres, donde les ponen capas de pintura, ropa, pelo, etc. todo lo que le da al títere su carácter individual. Después pasan a animación. Ahora os digo que en la película tenían 60 personajes aproximadamente, y de cada uno hacían entre tres y cuatro duplicados de muchos de los personajes, por lo que el total de títeres de Pesadilla antes de Navidad será de 200 aproximadamente.

Pesadilla antes de Navidad

 

BSO de Pesadilla antes de Navidad

Bueno, voy a ir terminando con la parte técnica, aunque no me negaréis que es interesante. Esto nos ayuda a valorar todo el trabajo que hay detrás, ya que se necesitaba una semana de trabajo para completar un minuto de metraje. No obstante hay que dedicarle su merecidísimo espacio al compositor de la BSO de la película: Danny Elfman. Las piezas las fue componiendo sobre la marcha, sin un guion, partía del argumento de la escena a la que tenía que poner música. Por tanto la composición de una canción llevaba a la siguiente, y en cosa de 6 u 8 semanas la BSO de Pesadilla antes de Navidad estaba acabada.

Canciones como “Esto es Halloween” (This is Halloween), “¿Qué es?” (What this?), “El rapto de Santa Clavos” o “La Canción de Oogie Boogie Man”, tan pegadizas que no serás capaz de sacártelas de la cabeza.

Pese a tratarse de un infalible para ver en Halloween, junto a los más pequeños aunque no tiene por qué, no deja de ser un cuento gótico de Navidad. Si habéis pillado la indirecta, es apta para ver también de cara a la llegada de Papa Noel.

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