Hace unos días me planteé escribir un post sobre cómo es el rodaje de las películas protagonizadas por animales. Especialmente quería centrarme en su adiestramiento, en cómo trabajan con ellos en el set de rodaje o cuáles son algunos de los recursos de los que se sirven cuando el animal, por ejemplo, crece demasiado rápido y no han rodado todas sus escenas de cachorro. Esa era la idea inicial, pero cuando comencé a buscar información para documentarme me di de bruces contra la realidad: encontré un artículo sobre la verdadera historia de Keiko, la orca protagonista de “Liberar a Willy”. Decidí compartir su suerte en mis redes sociales y para algunos de vosotros fue como un jarro de agua fría.
Fue entonces cuando le di al post un giro de 180º y me enfoqué en buscar aquellos casos en los que, bien durante el rodaje o a consecuencia de este, habían fallecido animales. Y la verdad es que lo más bizarro que encontré – más abajo os lo contaré – fue lo sucedido en Holocausto Canibal (1980), La puerta del cielo (1980) o Apocalypse Now (1979). Por tanto lanzo la siguiente cuestión: ¿hasta dónde somos capaces de llegar para conseguir el máximo realismo en una película?

Antes de comenzar con los diferentes casos que os voy a exponer, quiero aclarar que tanto los malos tratos hacia los animales como que tengan un “destino fatídico” tras la finalización del rodaje, normalmente no es lo habitual, pero pasa. Al igual que tampoco podemos fiarnos al 100% del sello de la American Humane Association (AHA): “Ningún animal sufrió daños durante el rodaje de esta película”, ya que en algunos casos este sello ha sido concedido para preservar la buena imagen del director del film. Aunque si queréis un verdadero motivo para no fiaros del todo, es que una buena parte de los ingresos que percibe la organización proviene del sindicato de actores y de la Alianza de Productores Cinematográficos y Televisivos. Dicho esto os expongo los siguientes casos:
La serie de Flipper el delfín

Tanto para quienes guardáis muy buenos recuerdos del cariñoso delfín como para aquellos que no lo conocéis, dejad que os ponga en antecedentes: la serie de Flipper (1964-1967) nació a raíz de la película de 1963, Mi amigo Flipper, cuya creación se basó en la serie de televisión Lassie. Pese a que el delfín en la serie era macho, fue interpretado nada más y nada menos que por cinco hembras: Suzy, Patty, Scotty, Squirt y Kathy, todas ellas entrenadas y amaestradas por Ric O´Barry y Robert Corbin. De todas las intérpretes de Flipper, la que destacaba sobre el resto era Kathy, por lo que pasaba más tiempo delante de las cámaras que el resto de sus compañeras. Hasta aquí todo bien ¿no?, pues tras finalizar la serie la delfín Kathy cayó en una especie de depresión que la llevó al suicido. El animal dejó de inhalar oxígeno y se sumergió hasta el fondo del tanque del acuario en el que residía para morir asfixiada.
Babe, el cerdito valiente

Historia entrañable donde las haya ¿no os parece?, un pequeño cerdito que aprende a pastorear ovejas y que manda el tierno mensaje a los niños de que serán lo que ellos quieran, sin etiquetas. Como ya sabéis, Babe es un lechón y estos crecen rápido, por lo que durante el rodaje hicieron falta hasta 48 cerditos que posteriormente fueron sacrificados. Claro… es que los pobres lechones se engordaban y crecían tan rápido que pronto debían ser sustituidos por otro, porque ya no cumplían con las características del personaje.
Keiko, la orca de Liberar a Willy

Os voy a contar la verdadera historia de la orca de “Liberar a Willy”, se llamaba Keiko y fue capturada en Islandia en 1979 cuando tan sólo tenía tres años para ser vendida a un acuario islandés, en el que vivió durante 3 años. Después fue vendida de nuevo al Parque Marineland de Ontario, Canadá. Allí era intimidada y maltratada por las otras orcas, lo que generó lesiones, síntomas de estrés y malos cuidados. En 1985 se trasladó de nuevo a las instalaciones similares en Ciudad de México, donde la mantenían en pésimas condiciones en un recinto para delfines. En los 90 fue descubierta por los trabajadores de Warner Bros, que estaban buscando a la que sería la protagonista de “Liberar a Willy”. Y claro… Keiko encajaba a la perfección; por cierto ¿recordáis el mensaje que mandaba la película?: Concienciar la situación de las orcas en cautividad.
Para poder liberar a Keiko hicieron falta muchas campañas de recogida de fondos y de firmas. Una vez conseguido esto la trasladaron a un acuario de Oregón, donde recuperó su salud y fuerza para finalmente, en 2002 y tras 23 años de cautiverio, ser liberada cerca de las costas de Noruega junto a una manada de orcas salvajes. Pero sabéis que fue lo mejor… (notesé la ironía), que la pobre orca no fue capaz de adaptarse a la vida salvaje ni a la manada, y que buscaba constantemente a los humanos para que le dieran de comer y la cuidaran. Esta situación la llevó a enfermar y morir finalmente en diciembre de 2003.
El Tigre de La vida de Pi

Sí, es cierto que las escenas en la barca con el tigre de bengala están generadas por ordenador, pero hecha la ley hecha la trampa. Resulta que algunas partes sí que se filmaron con un tigre real, para ser más exactos la parte en la que el gran felino está nadando en medio del mar. Lo que hicieron fue meterlo en un gran tanque de agua para darle el mayor realismo posible, un acto que casi provoca que el animal se ahogue. Por supuesto la producción trató de ocultar este incidente, pero finalmente acabó saliendo a la luz.
Snow Buddies

Peor suerte corrieron los cachorritos del largometraje de Disney, Snow Buddies, sobre todo si los comparamos con el tigre de bengala de La vida de Pi. Es cierto que ver a los cachorritos en pantalla enternece y, reconozcámoslo, por un momento te dan hasta ganas de tener tú uno. Pero a la hora de rodar con ellos hay un problema principal, y es que los pobres crecen demasiado rápido… esto supuso que para Snow Buddies se utilizase un gran número de cachorritos, más del que tenían planeado, por lo que los apartaban de sus madres sin respetar el tiempo ideal, lo que provocó que varios de ellos muriesen.
Artax, La historia interminable

Quienes hayan visto La historia interminable – y para los que no lo siento mucho pero aquí viene un gran spoiler – uno de los sucesos que más nos marcó a todos fue la muerte de Artax, el caballo de Atreyu. El pobre Artax moría ahogado en el fango ante los ojos de su dueño, que impotente sólo le quedaba mirar entre lágrimas. Lo realmente triste es que Artax murió de verdad debido a un fallo técnico.
La jirafa Tweet de Zooloco

En 2011 llegó la comedia protagonizada por Kevin James y Rosario Dawson, Zooloco, que trata sobre un tímido cuidador del zoo que descubre que tiene la capacidad de hablar con los animales. Él realmente lo que quiere es encontrar una pareja, por lo que sus nuevos amigos se comprometen a enseñarle a cortejar a las hembras. Entre esos animales del zoo se encontraba una jirafa que se llamaba Tweet, la cual murió durante el rodaje. Una vez acabadas sus tomas sufrió un colapso en su jaula de 6 metros cuadrados mientras comía ante su cuidador.
Violencia animal desmesurada

Al comienzo del post os mencionaba tres casos bizarros sobre el maltrato animal en el cine, y el momento de explicaros lo que pasó en esos largometrajes ha llegado. Empezamos con Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola, vemos morir en escena a un búfalo de agua que es sacrificado – en riguroso directo – según los ritos de la tribu de los Ifugao (Filipinas), que de hecho participaron en la película como figurantes. En Holocausto Caníbal, de Ruggero Deodato, el cineasta llevó a cabo una verdadera carnicería animal que ni en La matanza de Texas, se sacrificaron: un coatí, varios monos, una araña, una serpiente y una tortuga a la que vemos como degüellan, descuartizan y guisan.
El límite llegó con el largometraje La puerta del cielo, de Michael Cimino, en el que explotaron caballos, desangraron vacas, decapitaron un pollo entre otras barbaridades. Esto provocó que se instaurase de forma obligatoria la presencia de un representante de la AHA en los set de rodaje. Pero pese a que se toman medidas para asegurar el bienestar de los animales durante el rodaje, hay veces en las que se hace la vista gorda a la hora de poner el sello de la AHA. Un ejemplo sería el film de 2011, Caballo de Batalla (War Horse), que según la antigua jefa de producción a pesar del uso del croma y el CGI, habría muerto un caballo por negligencia. Por lo que en este caso la AHA habría encubierto el suceso para proteger el prestigio de Steven Spielberg.
No obstante si os ponéis a indagar encontraréis una larga lista de películas en las que ha habido negligencias con los animales: Piratas del Caribe, El Hobbit, Pink Flamingos, Oldboy, Ben-Hur, etc. Por lo que llegados hasta aquí habría que retomar el debate de si lo más debido es que, aquellas películas en las que los animales tengan un alto grado de protagonismo, estos deberían estar generados por ordenador.