Algunos de los cuentos de hadas que la casa del ratón llevó a la Gran Pantalla se basaron en sucesos reales, como es el caso de Blancanieves y los siete enanitos o La Sirenita. Y es gracioso el grado de polémica que ha suscitado la adaptación en live action de esta última, todo por escoger a una actriz afroamericana para encarnar a Ariel. Pero si tuviéramos que ser realmente fieles a la realidad ¡Ariel debería de ser un hombre! Sí, porque el mítico cuento escrito por Hans Christian Andersen es su historia de desamor con el aristócrata Edvard Collin.
Un amor no correspondido, en una sociedad de clases, que hizo que Andersen tras conocer el compromiso de Collin se retirase a la isla de Fyn a escribir su relato. Y es que ese amor que sentía el autor quedó plasmado en una de las pocas cartas que le escribió a Collin: “Languidezco por ti como por una joven calabresa… mis sentimientos son como los de una mujer. La feminidad de mi naturaleza y nuestra amistad deben permanecer en secreto”.
La Sirenita recoge este amor no correspondido, y nos deja algunas metáforas y pistas muy claras que puede que hasta ahora hayan pasado desapercibidas a los ojos de muchos.
Andersen es la Sirenita

El autor describe a la Sirenita como a la más hermosa de todas sus hermanas, destacando su voz por encima del resto, pero la presenta como un ser extraño, solitario y ensimismada consigo misma. Una descripción que el autor hace de sí mismo. Ella ansía poder subir al mundo de la superficie y descubrir todas sus maravillas, pero es un lugar prohibido para las sirenas. Por su parte Andersen desea poder amar y ser amado por Collin, pero es un amor prohibido para él tanto por su condición homosexual como por su clase social ¿Vais encontrando las metáforas?
La estatua del príncipe

Nuestra querida Sirenita guarda en su gruta muchos “tesoros humanos” y entre ellos la estatua de un príncipe, del cuál ya está enamorada y sabe que vive en el mundo real. En el caso de Andersen, el autor vería en Edvard Collin el ideal romántico y sus esperanzas de encontrar el amor de verdad y ser amado.
El simbolismo de la cola de sirena

Para poder subir al mundo de los humanos la Sirenita hace un trato con la bruja del mar, ella le dará piernas en lugar de su cola. Pero cuando consigue las piernas cada paso que da le produce mucho dolor, como si caminase sobre cuchillas. Hay quien afirma que esta pérdida de la cola simbolizaría la “castración química”, aunque siendo justos si Andersen tuviera un sexo femenino en lugar de masculino podría estar con Collin.
Acallado por la sociedad

El pago que le exige la bruja del mar a la sirenita es su voz, además de cortarle la lengua, lo que no permitirá a la joven poder expresarle el príncipe sus sentimientos. Con esta pérdida de la voz, Andersen simboliza el secretismo y el silencio entorno a este amor, un amor que sería fuertemente castigado por la sociedad.
La Sirenita no tiene alma

La Bruja del Mar le dice a la Sirenita que conseguirá ser permanentemente humana si consigue un beso de amor verdadero del príncipe, sino morirá y se convertirá en espuma. Andersen se siente como un ser sin alma, debido a que su homosexualidad es percibida como una perversión aberrante por parte de la sociedad, por lo que podría creer que sólo si es amado su alma podrá ser restituida.
Un amor no correspondido

Finalmente, el príncipe se enamora de la mujer que le cuidó tras el naufragio, con la que finalmente decide casarse, ya que el amor que sentía por la Sirenita era fraternal. Collin por su parte jamás pudo corresponder a Andersen, de hecho, se comprometió con una mujer con la que posteriormente se casó. Y cuando Andersen fue conocedor del compromiso decidió alejarse de Collin para dejarle ser feliz, tal y como hizo la Sirenita cuando se sacrificó porque su amor por el príncipe era más fuerte que nada en el mundo. Debéis saber que Andersen le mandó una copia de La Sirenita a Collin antes de que el relato viese la luz, pero pese a este último intento por parte del autor, no llegaron a tener su final feliz. Fue por esta misma razón que Andersen en cierto modo decidió darle un final feliz a la Sirenita, ya que quiso que ella sola se hubiese ganado la oportunidad de tener su propia alma inmortal sin necesidad del amor del príncipe.