Quizás sea este un buen momento para abordar la forma en la que el cine concibe el tiempo o, mejor dicho, es momento de hablar del tiempo en el cine. Estamos todos de acuerdo en que contar historias es un arte en el que hay que manejar de forma magistral cada minuto, cada segundo. Hay que mostrar o contar ciertos acontecimientos que han podido tener lugar durante un largo periodo de tiempo, para lo que quizás solo dispongamos de poco más de una hora u hora y media. Incluso a veces hay que condensar toda una vida en apenas 5 minutos (Up), por lo que para mostrarnos el paso del tiempo los cineastas y el equipo de producción tienen sus propios recursos.
A diferencia de lo que sucede en la vida real, en la que no podemos manejar el ritmo ni la velocidad con la que suceden las cosas, en el cine obviamente sí se puede. Para que nosotros seamos capaces de ver el paso del tiempo en un relato, así como situarnos en una época concreta de la historia (Edad Media, Jurásico, etc), se sirven del decorado, el diseño de vestuario, el de producción, las arrugas o su ausencia en los protagonistas… así como en distintos tipos de saltos temporales entre otros recursos mucho más técnicos.

Pero vayamos por partes. Empecemos nuestra inmersión en el tiempo cinematográfico aclarando antes cuatro conceptos, que pueden parecer una chorrada pero que los tenemos que tener claros:
El Tiempo Real: a diferencia de como sucede en el cine, el teatro, las obras literarias o en cualquier tipo de producción audiovisual, este es el tiempo en la vida real, el que no puede ser manipulado. Si te cuesta media hora ducharte es lo que hay, no lo vas a hacer en coas de cinco segundos como puede suceder en cualquier serie, por poner un ejemplo.
El Tiempo fílmico o cinematográfico: es aquel que creamos nosotros y que podemos manipular libremente con el fin de contar una historia. Esto nos permite acelerar el tiempo en el que suceden las cosas, ralentizarlo, cambiar el orden, podemos también condensarlo, así como viajar al pasado o al futuro, entre otras cosas.
Aunque hay ocasiones en las que los hechos que transcurren en una película (tiempo fílmico) tienen exactamente la misma duración que en la realidad. A esto se lo conoce como Adecuación y un buen ejemplo sería el largometraje de Ágnes Vardá, “Cleo de 5 a 7”. Hasta aquí tenemos todo claro ¿no? pues vamos a proseguir, porque debéis saber que hay tres tiempos o estructuras principales a la hora de contar una historia: tiempo circular, tiempo cíclico y tiempo lineal.

(No sería correcto hablar de tres estructuras porque en realidad hay unas cuantas más, os lo dejo explicado en el post La narración audiovisual: el relato cinematográfico y sus estructuras)
En primer lugar el tiempo circular se da en aquellas producciones/películas que empiezan exactamente con la misma escena con la que acaban, de esta forma constituiría una especie de círculo infinito. En segundo lugar tenemos el tiempo cíclico, es similar al anterior, solo que el final es parecido al inicio del relato sin ser necesariamente igual, como sucede en el film “Noche de Juegos” o en “La ventana indiscreta”. En tercer y último lugar tenemos el tiempo lineal, que tiene un inicio y un final completamente distintos, esta es la más habitual.
Ahora bien, independientemente del tipo de tiempo que se escoja para contar una historia, hay que seguir un orden a la hora de contar los acontecimientos y este puede ser vectorial: que consiste en seguir un orden homogéneo o continuo que bien puede ser hacia delante o hacía atrás;o por el contrario dicho orden puede ser no vectorial: esto sucede cuando al contar una historia realizamos saltos en el tiempo como flashbacks, flashforward, etc.

Es aquí a donde quería llegar, porque es el momento de hablar sobre los recursos de los que se sirven tanto los cineastas como el equipo de producción para manejar el tiempo a su antojo. Esto les permite evitar tener tiempos muertos en las películas y que la historia tenga ritmo y continuidad:
La elipsis, este recurso, si es que se puede llamar así, consiste en dar un salto en el tiempo con el que se pasa de una escena a otra dando continuidad a la historia. Prácticamente todas las películas, series o cortos a excepción de unos pocos son una elipsis continua, de ahí el tema de si es apropiado considerarla un recurso. Cuando hacemos un viaje al pasado esto se llama flashback, puede ser a modo de recuerdo y nos ayuda a contextualizar la historia así como nos aporta una información extra que no teníamos. Pero si el salto en el tiempo lo damos hacia delante, esto es lo que se conoce como flashforward; un buen ejemplo son las escenas en las que mientras están explicando un plan vamos viendo cada uno de los pasos que tendrán que dar.

Pero no sólo se recurre a las elipsis para contar una historia, ya que hay ocasiones en las que debemos contar un largo periodo de tiempo en apenas unos minutos, esto es lo que se llama condensación. Aunque también puede darse el efecto contrario, la distensión, que se produce cuando el cineasta decide alargar más de lo normal una acción o escena determinada. Normalmente esto suele hacerse para crear más tensión, que el momento sea metafórico o para que el espectador se fije en los detalles. Pero esto no debe confundirse con la cámara lenta (aunque prácticamente tiene el mismo efecto) y la cámara rápida,
Cuando hablamos de cámara lenta o slowmotion nos referimos a un efecto visual, que nos permite retrasar una acción que normalmente se realizaría a una velocidad mayor. Esto se consigue al rodar un número de imágenes por segundo superior a la velocidad de proyección. Mientras que la cámara rápida se consigue al rodar las imágenes a una velocidad inferior a la que se usaría en su proyección, lo que posteriormente daría lugar a este efecto. Aunque la verdad es que hoy por hoy es un recurso más que podemos manejar a nuestro antojo mediante cualquier editor de video.
Espero que este post os haya sido de utilidad, sobre todo si queréis iniciaros como cineastas o rodar películas caseras. Si os ha gustado este post puede que también os interese: La música en el cine, qué nos evoca y cómo influye en nosotros, Conoce los ángulos y planos cinematográficos con Vaiana o El Viaje del Escritor (Christopher Vogler) Parte 1: Las etapas del viaje.