Pese a que se está trabajando para que poco a poco – porque lamentablemente la cosa parece que no puede ir más rápido – la brecha de género en el ámbito cinematográfico y audiovisual se vaya estrechando, queda mucho por hacer. Y el que diga lo contrario miente y no, no vengo a dar lecciones morales sino más bien a ilustraros un poco y facilitaros información interesante y muy necesaria. Tenemos asimilados ciertos patrones e ideales que consideramos normales, especialmente el público femenino, y que debería ir cambiando e incluso desapareciendo.
Pero bueno vamos a ir por partes, y lo suyo es empezar explicando qué es la brecha de género: se trata de la presencia desigual de personajes masculinos y femeninos en una obra audiovisual, esta desigualdad puede venir dada en los tiempos de intervención, los diálogos y la imagen tanto física como psicológica de los personajes. Ahora vamos a pensar en cuantas películas de acción hemos visto que tengan como protagonistas a una mujer ¡ojo! No me valen coprotagonistas como Letty de Fast and Furious, Mera de Acuaman o Trinity de la trilogía Matrix.
La consecuencia de esta brecha de género es que se establezcan y se perpetúen unos ideales de bella y modelos de mujer irreales, que además son más perjudiciales que beneficiosos. Y como decía, los tenemos tan asimilados que pasan por delante de nuestros ojos y no somos conscientes de ellos. Pero seguro que tras leer este post veréis las películas con perspectiva y os daréis cuenta, porque además voy a facilitaros tres claves para ello: el Test de Bechdel, el Principio de Pitufina y el Test de Willis. Pero ¡Ojo al dato! Estos test o mediciones sólo se aplican a películas de ficción, no en aquellas basadas en hechos reales.
El Test de Bechdel
Mediante el Test de Bechdel podemos comprobar con efectividad la presencia de las mujeres en cualquier tipo de obra artística. Este test nació de una tira cómica creada por Allison Bechdel, titulada “The Rule” en la que una amiga comenta a otra que ella sólo ve aquellas películas que cumplen las tres reglas:
1) La película debe incluir al menos a dos personajes femeninos con nombre.
2) Ambos personajes femeninos deben compartir escena.
3) Dichos personajes femeninos deben hablar entre ellas y la conversación no debe ser sobre un hombre.
Y si lo ponemos en práctica observamos como en la mayoría de las películas las mujeres son meros personajes secundarios, cuya presencia en escena es poco significativa y cuyo tema de conversación con otras mujeres normalmente suele ser sobre hombres. Sí, y si nos paramos a pensar en qué películas pasarían el Test de Bechdel, os sorprenderíais porque la mayoría no los superaría: Piratas del Caribe, Shreck, El señor de los anillos, Toy Story, Buscando a Nemo, etc. Pero claro, si aplicamos este test a la inversa – con hombres – casi todas las películas pasarían el test.
El Principio de Pitufina
El concepto de Principio de Pitufina fue acuñado por la poetisa estadounidense Katha Pollitt para el New York Times Magazine, en 1991. Pollitt analizó diferentes películas en las que aparecía un único personaje femenino, como contrapunto a un grupo de personajes masculinos, y que desarrolla un patrón de comportamiento femenino altamente definido, y que si los comparamos con los del protagonista masculino, da lugar a un enorme contraste negativo. Y como es obvio el nombre se debe al único personaje femenino de la serie de animación Los Pitufos. Una Pitufina rubia de cabello largo, enamoradiza, con pestañas largas, siempre con tacones, etc. En resumidas cuentas un prototipo de mujer que se ha explotado hasta la saciedad, aunque no todas sean rubias.
Algunas “Pitufinas” famosas han sido la Cerdita Peggy en Los Teleñecos, Wonder Woman en La Liga de la Justicia, Penny en The Big Bang Theory, La Princesa Leia en Star Wars, etc. Aunque hay que romper una lanza a favor de personajes como Wonder woman, Viuda Negra o Harley Quinn, ya que pese a ser el único miembro femenino de un grupo masculino, son mujeres guerreras, fuertes y luchadoras.
El Test de Willis
¿Si cambiamos el sexo de los protagonistas de una película el argumento sigue teniendo el mismo sentido? En esto consiste el Test de Willis, elaborado por la primera mujer crítico de música pop en The New Yorker, Ellen Willis. Willis reflexionó sobre el machismo que hay en el Rock and Roll e ideó un método con el que evaluar la brecha de género en las canciones. Lo que hacía la crítico era escoger una canción escrita por un hombre sobre una mujer e invertir los sexos. Este método de medición pasó a utilizarse en otros ámbitos, como el cinematográfico. Y por tanto si lo ponemos en práctica nos daremos cuenta hasta qué punto los personajes femeninos están bien construidos o, por su parte, simplemente representan estereotipos negativos y sin fuerza en la trama.
Y ya que hablamos de la poca influencia de los personajes femeninos en la trama, tengo que mencionaros el Test de la lámpara sexy con un post-it. Fue acuñado por la escritora Kelly Sue DeConnick y con él quería demostrar que, en muchísimos casos, si sustituimos a los personajes femeninos de las películas por una lámpara bonita con un post-it pegado, el desarrollo de la trama no se ve afectado. Y os preguntaréis ¿el post-it por qué? Porque algunos personajes femeninos bien construidos tenían información crucial para la trama. Pero vamos por lo visto lo dejas escrito en un post-it y pegado a la lámpara y todo apañado.
Con textos como este, que por lo visto no agradan a todo el mundo, simplemente se quiere mostrar lo poco valorada que está la figura de la mujer en el cine. Con pequeñas herramientas como estas podemos tomar conciencia y ayudar a que se vaya estrechando cada vez más la brecha de género existente, ya que no se entra a valorar la calidad de la película sino la calidad de la mujer en ella.
Nos leemos en el próximo post.