Desde su estreno en 1980, la adaptación cinematográfica de El Resplandor se ha convertido en una película de culto muy presente en la sociedad y en la cultura pop. Tal es su impacto que, aunque muchos no la hayan visto, podrán reconocer sus escenas más icónicas, como el recorrido de Dany Torrance por los pasillos del Overlook hasta toparse con la dos gemelas del vestido azul.
Lo que puede que algunos no supiesen es que parte de la historia de El Resplandor está basada en una experiencia real del propio autor de la novela, Stephen King. El prolífico escritor y su mujer, Tabitha, se hospedaron en el Hotel Stanley y fue lo que vivieron allí lo que dio lugar a una parte importante de la trama de la novela.
Una escapada al Hotel Stanley

Con Halloween prácticamente a las puertas a finales de octubre de 1974 Stephen King, junto a su mujer y sus hijos, decidió pasar unas pequeñas vacaciones en el Hotel Stanley en Estes Park (Colorado). Situado a los pies del Parque Nacional Rocky Mountain, el hotel estaba a punto de cerrar sus instalaciones debido a que ya se encontraban en fin de temporada, motivo por el que apenas quedaba personal en las instalaciones.
De hecho la familia King eran prácticamente los únicos huéspedes del hotel «con todos esos largos y vacíos pasillos», tal y como ha explicado el propio Stephen King. Todos se hospedaron en la habitación 217, que actualmente se ha convertido en la más famosa del Stanley, y tras dejar allí su equipaje bajaron a cenar a uno de los grandes salones, abierto sólo para ellos.

Stephen King se detuvo a observar el vacío comedor durante la cena, era una experiencia única. El resto de las mesas tenía las sillas encima de la mesa, el hilo musical que sonaba de fondo hacía eco en el pasillo dando lugar a un ambiente un tanto pintoresco e incluso siniestro. ¿Estaba King en el lugar y momento adecuados?
La pesadilla de Stephen King
Tras la cena, y preparándose su mujer y sus hijos para dormir, el novelista decidió dar un paseo por los pasillos del Hotel Stanley. Mientras escuchaba únicamente el sonido que emitían sus pasos en la moqueta, King ya estaba empezando a darle forma a su siguiente novela. Decidió terminar su paseo y bajar al bar, allí tras la barra encontró al único camarero que todavía seguía en el hotel.

Tras acabarse el trago, regresó a su habitación. Fue en la oscuridad de la noche cuando tuvo la horrible pesadilla que terminaría de darle sentido a su obra: su hijo de 3 años corría por los pasillos del hotel, mirando hacía atrás sobre su hombro. Llevaba los ojos dilatados y estaba gritando, mientras era perseguido por una manguera de incendios. Stephen King de despertó de golpe empapado en sudor y apunto de caerse de la cama.
Se levantó y se encendió un cigarrillo. Observando a través de la ventana Las Rocosas, en lo que duró ese cigarrillo, King no necesitó más para tener estructurado su nuevo proyecto, El Resplandor.
Un hotel realmente maldito

Muertes inexplicables, accidentes, desapariciones e incluso suicidios. Cuando las luces están apagas acechan sombras con forma humana, se escuchan niños y ruidos extraños en la cuarta planta. Son muchos los sucesos paranormales que se han dado y siguen sucediendo en el Hotel Stanley.
Afirman que los muebles aparecen desplazados en las habitaciones sin razón alguna, las luces se encienden y se apagan a placer. Aunque parece ser que lo más inquietante son los ruidos que pueden escucharse en el salón de baile que, pese a estar vacío, parece ser el escenario de una gran y ruidosa fiesta.

Se dice que el Hotel Stanley es uno de los más encantados de Estados Unidos, siendo la habitación con mayor actividad paranormal la 217, la misma en la que se hospedaron Stephen King y su familia. Sin duda su estancia allí hizo mella en King quien, tras no compartir la decisión de Stanley Kubrick de filmar la cinta en el Timberline Lodge, regresó allí para rodar una nueva adaptación de El Resplandor en forma de miniserie.