Hay ocasiones en las que surge la oportunidad de conocer mucho más de cerca ciertas facetas del cine, en este caso del ámbito de la animación, y que mejor manera que de la mano de un gran titán: Disney. Pero ante todo hay que dar las gracias a Caixa Forum, ya que reunir tanta magia, arte e ilusión en un mismo espacio y abrirlo al público para que disfrute y aprenda, eso es algo que hay que valorar. Y a los ojos de una persona que sabe lo complicado que es sacar adelante, ya no sólo un dibujo y de calidad, sino darle vida, la exposición de Disney y el arte de contar historias es una gran riqueza visual que hay que disfrutar.
Lo primero y principal es que hace que automáticamente regreses a la niñez. Sobre todo en mi caso, y me podéis tildar de exagerada, cuando de repente me topé con los bocetos de las fábulas de Los tres cerditos y La tortuga y la liebre me quedé alucinada. Si alguno considera que no es para tanto lo respeto, pero esta es la forma que tengo de vivir y sentir el cine, y por tanto es lo que os quiero transmitir en estas líneas. Es que de repente tenía ante mis ojos el “making of” de un par de fábulas adaptadas por Disney que había visto hasta la saciedad. De hecho creo que me llamó aquello más la atención que los siguientes bocetos que vi sobre Robin Hood, Merlín el encantador o La Bella Durmiente entre otros.
Personajes inolvidables, bocetos y colores brillantes
Debo deciros que es en la sección de la cabaña (a continuación os explico cómo está estructurada la exposición) donde se encuentra el lugar clave de la visita. Ya que es justo ahí donde se presenta el punto de partida de toda la obra de Disney. Los inicios de Walt Disney comenzaron con su serie de animaciones, cortos, titulada Sinfonías tontas (Silly Symphonies), para las cuales creo personajes y composiciones musicales inolvidables, con colores brillantes en cuanto se dio el salto al technicolor.
Fueron estas Sinfonías Tontas con las que se alcanzaron nuevos niveles dentro del arte de la animación, y que sirvieron a Disney como conejillo de indias antes de crear su nuevo formato de cine: el largometraje animado, Blancanieves (1937).
Las paredes de la cabaña están repletas de bocetos, dibujos que suponen las primeras ideas que se barajaron sobre cortos como la cigarra y la hormiga, la tortuga y la liebre o el gran éxito de 1933 los tres cerditos. Vemos los diseños de los escenarios, el Storytelling, cómo exploraban las diferentes expresiones faciales de los protagonistas… Lo “mejor” de todo es que esta pequeña parte del trabajo que supone realizar un corto o una película de animación, y que tanto nos puede llegar a sorprender, es tan sólo la punta del iceberg.
Crear un personaje desde cero supone mucho más, tienes que darles vida, recrear su movimiento como si de algo real se tratase. Incluso el detalle más simple como un rubor en las mejillas lo cambia todo. Debes dejar patente en cada creación cuál es su personalidad, su actitud, su sello de identidad. Y eso queridos amigos y amigas, a las veces con un boceto no basta para comunicar tanto trabajo, pero sin duda es un buen comienzo.
Un viaje a través de 5 ámbitos
Aquí viene la explicación que os había prometido al mencionar la sección de la cabaña. Resulta que el bueno de Walt Disney bebía de diferentes fuentes de inspiración, lo que han hecho en la exposición es dividir su trayectoria en varias partes, correspondiendo cada una a un género narrativo concreto: mitos, fábulas, leyendas, tall tales y cuentos (de hadas). Y la han estructurado de forma que el visitante lleve a cabo un viaje a través de 5 ámbitos.
Por tanto nuestra aventura comienza en lo que sería el estudio, una zona blanca con mucha luz, limpia y simple, donde nos explican qué son y en qué consisten los mitos. De ahí pasamos a la cabaña que representa el mundo de las fábulas, en este espacio han querido recrear dicha cabaña en forma de 3 o 4 isotipos en los que encontramos bocetos de Los tres cerditos, el sastrecillos valiente o la tortuga y la liebre entre otras.
Salimos de la cabaña para adentrarnos en el bosque, el cual se concibe como el lugar en el que los héroes se refugian y donde nacen las leyendas. Al final del bosque llegamos a la frontera con el folclore y la historia estadounidense (tall tales), probablemente uno de los grandes desconocidos para el espectador medio. Finalmente nuestro viaje termina con nuestra llegada al castillo y nuestro felices para siempre (cuentos de hadas).
Por si esto nos parecía poco, para terminar de poner la guinda al pastel, se han seleccionado para los ejemplos de cada género aquellas películas de Disney que provienen de la tradición oral.
El arte de adaptar las historias y cuentos de otros
Como sucede con todos los viajes que hacemos, además de aprender cosas nuevas, nos hacen reflexionar. Y si por algo se caracteriza Disney es por adaptar y dar vida a historias ajenas, las hace suyas pero en realidad muy pocas son aquellas de las que pueden presumir de ser sus únicos creadores. De Esopo, Eurípides, los hermanos Grimm o Hans Christian Andersen tomaron sus relatos y los convirtieron en clásicos de la animación, consiguiendo llegar a un amplio público compuesto tanto por adultos como por niños.
Pero ¿sabéis lo que pasa después? Que cuando tenemos en la mano un libro de cuentos de los hermanos Grimm, y nos leemos alguna que otra de las historias que han sido adaptadas por Disney nos quedamos un poco… en shock. Sí, porque la Bella durmiente no despierta gracias al beso de su príncipe azul, no, lo que hace este es violarla y dejarla embarazada. Nueve meses después (aún dormida) da a luz a gemelos y uno de ellos hace que despierte al sustraerle el veneno del dedo al chuparlo. Y ya que estamos, por poner otro ejemplo, la sirenita no se casa con el príncipe, sino que este se casa con otra y ella al no poder soportarlo, se lanza al mar y muere convertida en espuma.
Os podéis imaginar la línea que siguen el resto de las historias originales de los clásicos de Disney, sabiendo esto ¿quién no se iba a quedar con la versión de los finales felices? Y lo mejor de todo, notesé aquí la ironía, es que la mayoría de las veces estos relatos de la tradición oral y literaria mucha gente se lo atribuye a Disney. Que no todo el mundo, pero lo que esto provoca es que los autores originales pasen a quedarse rezagados en un segundo plano.