Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de una buena película, en mi opinión, en su fin de semana de estreno. Pero con Capitana Marvel parece ser que los astros se alinearon (guiñito a Hércules), y pese a que no fui el viernes, sí el domingo. Le habían dado mucho bombo y platillo durante semanas, Carol Danvers debía tener su propia película antes de ser ella la que pusiese orden en Vengadores End Game. A la par que dar respuesta de cuál fue el origen de Avengers, cómo perdió Nick Furia su ojo y alguna que otra cuestión más.
Y si muchos la estábamos esperando como agua de mayo, lo que nos faltaba era que la crítica no se pusiese de acuerdo. Algo así como o te gusta o no te gusta y, sinceramente no es así. Voy a romper una pequeña lanza a favor de aquellos que no se han quedado contentos con la trama, que la han tachado de floja y repetida hasta la saciedad. Porque sí, tienen razón. La historia de Capitana Marvel la hemos visto cientos de veces, pero como el 99 % de la trama de las películas. Pero es que este film no ha nacido con la idea de superar a Avengers Infinity War, nada de eso, esto es tan sólo una pequeña muestra de toda la guerra que Carol Danvers va a dar en End Game.
Lo que han hecho ha sido crear una película puente que nos ha hecho retroceder en el tiempo hasta aquellos maravillosos y nostálgicos 90, que a más de uno le habrán removido buenos recuerdos. Aquí han terminado casi de rematar la franquicia, así como de terminar de unir aquellos cabos sueltos que pudiesen quedar por ahí dispersos, como ya he mencionado: la pérdida del ojo de Furia, la creación del Teseracto, el origen de Avengers o por qué hasta fecha de hoy Capitana Marvel no había aparecido en escena.
Servidora desconoce el 95% del universo Marvel, por lo que no me puedo remontar al número tal de no sé qué año. A decir sí los Skrull han sido siempre malos, o cuantos Capitanes Marvel han existido a lo largo de todos los cómics. Aquí partimos de la base de la trama cinematográfica.
La década de los 90
Capitana Marvel nos sitúa en la década de los 90, concretamente en 1995 cuando todavía no se tenía ningún contacto con los súper héroes. Y Capitán América seguía esperando bajo el hielo a que lo desenterrasen. Dejando estos detallitos aparte, hay que hacer mención a algunas referencias de la década que es imposible dejar pasar por alto:
Como buenos cinéfilos que somos todos los que estamos aquí, hay que empezar por el videoclub, sí, y la franquicia de Blockbuster era la más conocida en EE UU. Por lo que no podía quedarse fuera de escena. Para ambientar toda la película tenemos una BSO digna de la época con canciones de Nirvana, Elastica, No Doubt o Garbage. A lo que hay que sumarle el logo de la camiseta que luce Carol, del grupo de rock Nine Inch Nails que marcó a toda la generación de los 80.
Por supuesto que decir de la tecnología punta de los 90, con aquel revolucionario Windows 95 que tardaba una eternidad en cargarse (lo que les valió para una pequeña broma). Y que es motivo de un pequeño gazapo, ya que según un calendario que aparece en la película, estamos en junio del 95 y no se puso en venta hasta agosto de este mismo año.
Era también costumbre de aquella década que abundasen como setas las máquinas de recreativos. Y en el bar en el que Furia y Danvers han quedado para que la segunda le dé al primero las explicaciones pertinentes, tenemos dicha máquina con el Street Fighter II instalado. En fin, para ir acabando con los maravillosos noventa, aunque obviamente hay más referencias de las que destaco aquí, queda mentar el famoso busca. Que para quien no sepa que es, se trata del antepasado del Whatsapp que servía para enviar y recibir mensaje cortos.
Capitana Marvel y su trama predecible
Ahora bien, vistas las referencias más destacables de los 90, toca hablar de la trama. Y es que Capitana Marvel nos plantea una guerra (raro en estas películas ¿verdad?), entre dos razas de alienígenas: los Skrull y los nobles héroes guerreros Kree. Por qué según cuentan los de sangre azul (esto es independiente de los comic, os lo recuerdo), los Skrull son unos invasores de planetas que tratan de destruirlos. Y en medio de todo, sin saber cómo, han metido a la señorita Vers (Brie Larson) que no sabe por dónde le pega el aire y los únicos recuerdos de su vida que tiene son los de los últimos 6 años.
Pero claro con forme se van desarrollando los acontecimientos, resulta que los malos no son tan malos y que a lo mejor son los supuestos buenos los que deben recibir su merecido. Algo que es altamente predecible prácticamente desde el principio de la película. Aunque si os paráis a pensar – después de verla, obviamente – que todo sea tan predecible es lo de menos, porque dónde hacen mayor énfasis es en mostrar el potencial de Carol Danvers, su sentido de la justicia y el cómo descubre quién es ella y la verdad que la rodea. Y es que nos encontramos con uno de los personajes más poderosos del universo, si es que no es el que más.
Mensajes de lucha y superación
Por tanto hay que ver a la Capi en plena acción, y para ello se ha seguido esa línea de acción a la que tan bien acostumbrados nos tiene Marvel. Peleas, efectos especiales… Tenía que ponernos en situación, en descubrir que el poder que alberga en su interior Carol Danvers es tan sumamente grande que no tiene rival, y hace que nos desgarren las ganas de verla en un cara a cara con Thanos. Pero para eso aún tenemos que esperar.
En fin, cabe destacar la forma en la que nos cuentan la verdad sobre Danvers. Porque simplemente con cuatro escenas concretas de su infancia, así como de su formación en las fuerzas aéreas, con tan poco nos han contado todo lo que necesitamos. A la par han lanzado un mensaje de que jamás hay que rendirse, y que cada vez que caigamos debemos ponernos en pie y continuar. De hecho esos son los recuerdos que invaden su mente, todos aquellos en los que los hombres, porque es así (ya fuese su padre o “compañeros”), le decían que no podía hacer tal cosa o que nunca llegaría a ser piloto. Y nos muestra cómo ha ido levantándose de cada golpe.
Que no falten los momentos de humor
Como sello especial de la casa Marvel, estaba claro que el humor y los chistes fáciles no podían faltar. No tenemos a Iron man con su peculiar sentido del humor, pero entre Carol Danvers y Nick Furia no nos hace falta más. A la primera porque le gusta vacilar sin excesos pero dando en el clavo, y al segundo porque simplemente es Nick Furia y sabe poner la guinda al pastel en cada momento. Lo mejor es que nos ofrecen situaciones cómicas de andar por casa, así tal cual te quedas. Otro pilar fundamental en estas pinceladas tan cómicas es Talos, el líder de los Skrulls, y este detalle hace que veamos al personaje mucho más humano y cercano. Aunque si hay un elemento cómico que se lleva la palma es el gato Goose.
Vale aquí ya van llegando los spoilers, así que si sigues leyendo será bajo tu responsabilidad. El jodido gato (lo digo desde el respeto, y quien haya visto la peli lo entenderá) aparece hasta en la sopa y, claramente, no se separa de Capitana Marvel. Pero es que hasta cuando roban una nave y la ponen posteriormente en órbita, para localizar el punto exacto en el que se encuentra el Teseracto, el gato está ahí. ¿WTF? Sí, y es que resulta – para aquellos desconocidos del comic – que el animalito es un ferklen, una combinación de dios primigenio con un gato, y una vez se reencuentra con Carol Danvers evita todo lo posible separarse de ella.
El homenaje a Stan Lee
Para finalizar he querido reservar probablemente el detalle más bonito de la película, junto con uno de los cameos más esperados por todos. En esta ocasión, no han sido las hojas de los comics las que han dado vida al logo de Marvel, no, sino la recopilación de todos los cameos de Stan Lee. Un pequeño y maravilloso homenaje para despedir al padre de los súper héroes de Marvel.
Afortunadamente hemos podido verle por última vez en Capitana Marvel, en un cameo que seguramente a todos nos ha tocado el corazón. Le vemos sentado en el metro leyendo el guion de Mallrats, película en la que también tiene una breve aparición. El libro le tapa la cara, entonces Carol lo aparta para verle bien, él le sonríe y ella le devuelve la sonrisa. Y justo esa imagen tan tierna y a la par dolorosa porque Stan ya no está, se queda grabada a fuego en nuestra retina.