Aquí tenemos un nuevo caso (aunque ya hace un par de años de su estreno) de otro homicidio literario llevado a cabo por el cine. Pese a haber fichado a Liam Neeson como protagonista de la adaptación de la saga de novela negra Caminando entre las Tumbas, no consiguió llegar más allá del aprobado justito… ¿Sabéis que se trata de una de las sagas con más peso de su género? Pues ni con eso se salva. Pero ya de entrada no todo va a ser malo, vamos a decir que si tiene algo realmente bueno es que nos traslada al ambiente policiaco de los 90, y ya lo echaba de menos.
Y bueno venga va, voy a ser justa y buena, el inicio podemos tacharlo de sublime, porque así dicho de una forma sencilla “insinúa pero no enseña”, pero claro si esto es un thriller es lo suyo. Nos pone en antecedentes de una forma maestra, prescindiendo de cualquier diálogo para apoyarse únicamente de imágenes y música, pero, y como siempre hay uno o casi siempre, con forme se va desarrollando la trama esta va perdiendo el gancho inicial. No me voy a entretener más, así que vamos a por la sinopsis.
Sinopsis: Caminando entre las tumbas
El ex agente de policía Matt Scudder (Liam Neeson que se mantiene en su línea y al final parece que hace de él mismo) dejó el cuerpo tras un “accidente”, aunque más bien por no ser competente con su trabajo ya que se encontraba bajo los efectos del alcohol. Por ello actualmente es investigador privado, eso sí, sin licencia, y digamos que trabaja a cambio de generosos regalos, vamos que es un poco “mafias” el bueno de Matt. Un buen día el narcotraficante Kenan Khoury decide contratarle para que investigue el brutal asesinato de su mujer. A partir de entonces nos adentraremos en una atmósfera de constante suspense que nos llevará hasta los bajos fondos de Broocklyn.
Muchas cuestiones sin resolver
Y como he señalado antes, con forme se va desarrollando la trama de la película, el interés y suspense de Caminando entre las tumbas va cuesta abajo y sin frenos. Es triste porque promete dejarte con buen sabor de boca y en ningún momento llega a alcanzar el tono adecuado, faltan bastantes dosis de acción, así como complicar algo más la investigación que lleva a cabo Matt Scudder. Por eso habría que haberle dado la oportunidad de redimirse con una secuela que mejore a su antecesora, lamentablemente cuando una cosa no funciona, en lo que es tema cine poco se arriesgan a meter la pata una segunda vez ¡y que pierdan más dinero! Ya sabemos que esto pasa cuando les interesa…
En fin, además de lo dicho hasta ahora quedan un par de cuestiones sin resolver, empezando por los sádicos y dementes secuestradores que son quienes matan a la esposa de Kenan. No sabes de ellos nada al principio y así sigue la cosa hasta el final, que sigues sin saber nada: cuáles son los motivos que les llevan a cometer tales actos, porque siguen un patrón de mujeres, si han formado parte del ejército o han sufrido algún trauma infantil. Y esto no es porque uno vea Mentes Criminales o no, como espectadora me gusta saber todo lo que conforma la trama pero sobre todo el por qué hay personas que llevan a cabo crímenes de ese calibre. Parece que si te dan una explicación te ayuda a entender la psique humana, aunque muchas veces es imposible entender tal cosa.
¿Y la acción para cuándo?
Qué sería de una película policíaca o sobre crímenes sin un poco de acción, no tiene por qué ser mala pero le faltaría parte de la esencia: alguna pelea, un encontronazo, tiroteos… bueno pues tranquilos que en Caminando entre las tumbas hay algo de acción, pero prácticamente al final de la película y pasa sin apenas llamar la atención, en resumen, es floja.
Pese a ello la interpretación de los personajes es fluida y muy justa, a ver no nos vamos a engañar porque Liam Neeson está curtido ya en este tipo de papeles, pero en ningún momento sobreactúan o hacen que las escenas parezcan forzadas ni nada por el estilo. Amigos, amigas, aquí no se pueden sacar pegas. Eso sí, hay demasiadas obviedades pero eso está pensado así para que el espectador pueda llegar a las mismas conclusiones que Matt, o a las suyas propias.
Y repito que aún con todas las pegas, porque esto no deja de ser una crítica y personal, la película merece la pena verla. Pasas un rato bastante bien, te hace pensar un poco y ves una cosa diferente pero no hay que tener grandes expectativas. No puedo acabar sin antes compartir una pequeña reflexión con vosotros: el cine necesita una saga policiaca de género negro que sea potente y provoque un cambio de acontecimientos en la cartelera, pero por lo visto habrá que esperar (y no me vale la franquicia de Bourne).